A veces quisiera que todo estuviera mejor para estar tan tranquilo con esta persona, reirnos de todo, caminar por el mundo a sabiendas que en cualquier momento podemos tropesar, pero que con seguridad nos podemos levantar, y mucho más fuertes, porque nos tenemos el uno al otro. Es difícil cuando las personas no creen en nosotros, que piensan que nos autoflajelamos metidos en situaciones en las que, si nosotros quisieramos, no estaríamos; es impotente darse cuenta que amamos de una manera en la que los demás dejaron de creer hace muchisimo tiempo y que por eso somos raros. Uno anda ahí, por la vida, sonriendo por todo, quejandose por todo, tratando de olvidar por lo menos unas horas, que estamos viviendo tiempos muy difíciles, que tenemos compromisos bastante grandes y que tal vez, solo tal vez ahí afuera hay personas que todo esto les valga un carajo, y que sin embargo te pueden tomar del hombro y decirte que ya vendran tiempos mejores.
Quisiera poder decir que no estoy mal, pero no puedo, no puedo porque sé que dentro de esta fachada de felicidad momentanea, me estoy muriendo lentamente, y es una lentitud que mata con cada segundo que pasa; mata porque nada va bien, porque el amor siempre me ha pesado muchisimo y hoy digo que no me gustaría fracasar de nuevo, porque encontré a alguién que pareciera que tiene más diferencias que cosas en común conmigo, pero que las cosas en común son muchisimo más importantes y sobresalientes que las vanalidades en las que no concordamos. Estoy aprendiendo, porque si, no he dejado de aprender sobre este rubro de mi vida, que no importa cuando turbia se vean las cosas, que mientras se siga luchando por lo que uno ama siempre va a existir alguna posibilidad de poder sonreír sinceramente.
Hoy sé lo que quiero y hacia donde me dirijo; te quiero a ti y me dirijo hacía un futuro en donde me gustaría que estuvieses ahí, pero eso sólo el tiempo y tu corazón lo saben.