martes, 28 de enero de 2014

Tristeza




Han pasado bastantes cosas y no se ni por donde empezar; ya son dos días desde que tuve el último contacto contigo y fue desastroso. A solo unos días de este incidente y después de todo lo hablado me siento fatal, no he podido dormir como siempre, mi concentración anda por las nubes y ni que decir de mi estado de animo.
Creo que las cosas se dieron de la peor manera que se podían presentar, ahora siento que la oportunidad que me dio la vida para reinvindicarme la tiré por la borda, y peor aún, me siento hasta lo último porque fracase, porque permití que se fuera de mi lado por mis errores, por mis torpezas; permití que la persona que amo se alejara de mi lado con lágrimas en sus ojos que tanto me gustan.
No hay peor cosa que pueda existir en esta vida que una mujer llorando, y cuando un hombre es quien lo provoca es infame. Le hice llorar tantas veces, y las que desconozco, y es lo que no me puedo perdonar; porque ella no se merecía derramar esas lágrimas causadas por mi falta de tacto, no saber escuchar a tiempo y por toda esa inmadurez de mi parte.
Hoy, no puedo más que pasar el día conteniéndome en hablarle, mandarle algún mensaje, preguntar por su estado de ánimo y de salud, ya que siento que cualquier cosa que haga la voy a dañar de nuevo y es lo que menos quiero. No puedo hacer más que aguantar todo este dolor que siento al saberle que se ha alejado de mi vida, que ya no voy a poder escucharle, verle sonreír, tocar su pelo o su cara; ya no podré contarle tantas cosas.
Hay errores que nos cuestan sólo cosas materiales, y los hay que te hacen perder todos tus sueños. Hace dos años pensé que la vida no tenía sentido y mi refugio en el alcohol se hizo bastante enorme, pero después de un año aprendí que nunca se sabe con el corazón, que la persona más maravillosa puede estar ahí cuando menos se lo esperen. Hace casi un año conocí a la personita más linda que se ha cruzado en mi vida, compartió momentos maravillosos conmigo, y sobre todo me regaló mucho de su preciado tiempo. Me ayudó a retomar mi camino y me prestó siempre su mano para salir adelante.
En mi mente me quedan los recuerdos de su primer beso en mi mejilla, y después nuestro primer beso bien; sus sonrisas, sus enojos, sus cabezazos, sus regaños, y sobre todas las cosas, su fuerza para enfrentarse a todos los golpes de la vida.
No lloro porque piense que ella va a estar mal, siempre ha sabido salir adelante y con la frente en alto; lloro porque por imbécil he perdido a una mujer maravillosa, a una persona única en la vida, a quien me hizo creer de nuevo en el amor, porque me conquistó a primera vista, pero me enamoró con todo su interior y belleza de alma que posee. Porque con ella aprendí que mi corazón le pertenece.